Paso 1. Despliegue de una red nueva
La complejidad de las nuevas conexiones de fibra óptica reside en que se ha de empezar de cero cableando con grandes mangueras de fibra las calles desde la central hasta el interior de cada edificio. Además, la comunidad de vecinos ha de autorizar la instalación de los cajetines de cableado en el edificio, algo que Movistar está ofreciendo de manera gratuita para facilitar en lo posible la llegada de la nueva tecnología a los hogares.
Paso 2. Comprobar la cobertura
Sea como fuere, el primer paso a la hora de contratar una línea de fibra pasa por comprobar la cobertura de los dos operadores que la ofrecen en estos momentos. En el caso de Movistar podemos acudir a http://bit.ly/fibra-movistar, donde habrá que introducir nuestra dirección y verificar si la oferta de servicios de fibra óptica está disponible en la zona.
Paso 3. ¿Qué velocidad debo contratar?
Si tenemos la suerte de contar con cobertura en nuestra zona, la siguiente gran pregunta que nos haremos será la velocidad que más nos conviene. Movistar ofrece hasta 100 Mbps reales para sus líneas, pudiendo acceder a esta velocidad sin sobreprecio siempre que tengamos vinculación máxima con la operadora contando con una línea móvil a nombre del mismo titular. Sin embargo, ¿realmente necesitaremos 100 Mbps o nos valdrá con las más «básicas» de 50 Mbps? La verdadera clave reside en la velocidad de subida. Las líneas de 50 Mbps proporcionan 5 Mbps de subida y las de 100 Mbps la duplican hasta los 10 Mbps. Hay que tener en cuenta que estas cifras son las que nos permiten subir con soltura vídeos a YouTube, enviar ficheros adjuntos de cierto tamaño, sincronizar archivos rápidamente con servicios en la Nube como Dropbox (o cualquiera de las propuestas de almacenamiento on-line que existen) o disponer de servicios de backup on-line realmente útiles. La velocidad de bajada es menos relevante en estos momentos para navegación pura y dura. Nos explicamos. Si contratamos servicios de TV on-line como Imagenio, o consumimos habitualmente servicios de vídeo en streaming, puede que realmente lleguemos a aprovechar los 100 Mbps que apuntábamos.
Paso 4. Cableado del edificio
Tras solicitar el alta en Movistar, cuando tengamos al técnico en el domicilio, una de las tareas que tendrá que hacer es canalizar el cable de fibra óptica hasta nuestro hogar, como en su día ocurría con el cable de teléfono convencional. Para ello, ha de localizar el cajetín que distribuye las conexiones en los bajos del edificio (garajes, portal, cuarto de comunicaciones, etc.) y hacer llegar el cable de fibra hasta nuestra vivienda.
Paso 5. Los hilos en nuestro hogar
Una vez ha llegado el cable hasta nuestro hogar, tendrán que llevar la fibra por las conducciones eléctricas de la vivienda hasta el punto que indiquemos. Es importante elegir bien el lugar, pues la herramienta necesaria para hacer los empalmes de cable hace imposible que más adelante nos liemos a hacer de manitas para cambiar la conexión a otro lugar. En el lugar elegido se ubicará la roseta de fibra a la que conectar el ONT, un elemento sobre los que hablaremos más adelante.
Paso 6. Equipos instalados
Una vez que tengamos el cable de fibra instalado hasta su ubicación definitiva, el técnico instalará en la pared una roseta específica con salida óptica. Además nos dejará dos aparatos: un router WiFi específico y el ONT (Optical Network Terminal). Así, este último será el que se conecte directamente a la roseta para transformar la señal óptica en eléctrica a través del conector específico. El ONT cuenta asimismo con un puerto Ethernet, al que se conecta un cable de red Ethernet que va hasta la entrada WAN del router, y también con un RJ-11 que permite conectar cualquier teléfono convencional para realizar llamadas de voz. Eso sí, en este punto conviene pararse en un detalle muy importante: Si contratáis una línea de fibra de 100 Mbps aseguraos de que os instalan un ONT con Gigabit Ethernet. Movistar instala en muchas ocasiones ONTs como el Huawei HG850 o el Alcatel i220, y ambos cuentan con puerto Ethernet de 100 Mbps y no Gigabit. No es un problema grave, pero, dado que Ethernet y fibra funcionan a la misma velocidad, observaremos cómo se pierden algunos Mbps por el camino (entre el 5 y 10%) que se emplean para control del protocolo Ethernet.
Paso 7. Cable, mucho mejor que WiFi
El principal problema de las nuevas líneas de fibra óptica es encontrar la forma de extraer todo su potencial adecuadamente. Además de la cuestión del puerto Ethernet del ONT que explicamos en el apartado anterior, el principal inconveniente reside en la tecnología WiFi utilizada. Movistar suele entregar routers WiFi de mediana calidad, y eso provoca que en muchos casos no obtengamos por WiFi más de 20-25 Mbps de transferencia sostenida, incluso cuando el router posee soporte para el estándar 802.11n. Esto es especialmente notable en edificios con mucha densidad de redes inalámbricas, donde las interferencias en la banda de 2,4 GHz son habituales, provocando una más que notable bajada de rendimiento.
Paso 8. Optimiza tu WiFi para la fibra
En el caso de que necesitemos WiFi antes que cable, habrá que empezar por comprobar el rendimiento real de la red inalámbrica. Conectados a ella, probaremos a ejecutar el test de la web www.testdevelocidad.es